lunes, 16 de mayo de 2016

UNIVERSIDAD CATÓLICA DEL ECUADOR SEDE AMBATO
EL DIVORCIO
FRANCIS GARÓFALO
DERECHO CANÓNICO
OCTAVO ¨B¨

Introducción
El divorcio se ha convertido en uno de los temas más comunes dentro de la sociedad actual, el divorcio es la forma legal de extinguir un matrimonio válido en vida de los cónyuges por causas surgidas con posterioridad a la celebración del mismo y que permite a los divorciados contraer con posterioridad nuevo matrimonio válido.
El divorcio es un caso de excepción y no un estado general, por lo que es necesario considerarlo sólo en función de los casos en que la crítica condición de la relación de los esposos es insostenible e irreparable, ya que conduce a la ruptura del vínculo matrimonial y, con ello, a la separación definitiva que los deja en posibilidad de contraer nuevo matrimonio legítimo.
El término divorcio proviene de la voz latina divortium, que significa separación, esto es, separar lo que ha estado unido. En la actualidad, en el medio jurídico se entiende por divorcio la extinción de la convivencia matrimonial declarada por la autoridad.
A lo largo del presente trabajo investigativo desarrollaremos el tema del divorcio desde varios enfoques como por ejemplo; los problemas familiares que acarrea el divorcio, los problemas psicológicos, espirituales y sociales. En la parte final de este análisis investigativo estableceremos unas conclusiones personales, que permitan a los lectores tener una idea más clara y resumida sobre el tema.

Desarrollo
Para la Iglesia es claro que Dios, al hacer a la pareja con la posibilidad de entregarse y llegar a ser una sola carne, quiso desde siempre que la unión matrimonial fuera permanente. Este es igualmente el deseo de quienes se aman y unen en matrimonio pues nadie quiere que su unión fracase o se rompa. Por eso Cristo, salvador del mal, les dio a los esposos la oportunidad de amarse con un amor cristiano, es decir, de hacer de su vínculo una alianza irrompible pues se basa en el compromiso de amarse como Cristo ama, y en el apoyo de la gracia divina que sostiene siempre a quienes desean vivir de su amor.
Por eso, convertido por Cristo en Sacramento, el matrimonio establece una unión garantizada por Dios mismo y cuya santidad y fuerza no la debe romper ningún hombre (Mateo 19:3-6). San Pablo refuerza esta enseñanza recordando que es voluntad de mismo Jesús que los esposos permanezcan unidos (1Cor 7, 10-11 y Ef. 5, 23-33).
En consecuencia con la Palabra de Dios, la Iglesia no reconoce el divorcio civil pues el Estado no puede disolver lo que es indisoluble, e invita a analizar todo el dolor y daño que las rupturas matrimoniales causan a los individuos y a los hijos
La única forma de que un vínculo matrimonial se disuelva por la Iglesia es que se pruebe, mediante un proceso de anulación ante un Tribunal Eclesiástico, que dicho vínculo fue nulo, es decir, que por diferentes razones, no fue nunca un verdadero matrimonio.
El Divorcio y los problemas familiares
El divorcio es una situación difícil y muy dolorosa para la pareja. Pero es mucho peor para los hijos, cuando los adultos se divorcian, pierden una relación, sus sueños, su identidad como familia y pareja, sus amigos, etc. Sufren y generalmente se sienten atrapados en un caos emocional.
A los hijos les pasa lo mismo, pierden la cercanía física o emocional con uno o ambos padres, su identidad como familia, su estabilidad, su seguridad emocional, etc. También se afecta su vida diaria, sus rutinas y su vida emocional está fuera de su control.
La separación de los padres afecta profundamente a los niños pequeños. Los niños experimentan varias pérdidas: cambia la rutina familiar, dejan de ver a uno de los padres regularmente, puede cambiar de casa, de escuela y de amigos. Cuando los padres tienen conflictos los niños se encuentran en medio. La separación afecta a los pilares fundamentales de la concepción del mundo que tiene el niño. Es esencial que sienta que sigue estando protegido y que no pierde el amor de los padres. Los lazos afectivos deben mantenerse (pueden ser en la familia o con otros cuidadores), para que el niño se desarrolle bien. Necesita “la presencia constante de un adulto que lo quiera”. Los padres deben reducir los conflictos y peleas, cooperar en la educación de los hijos.
Los niños captan las tensiones entre los padres. Pueden sentir que va a suceder algo malo y sientan miedo. Pueden incluso acostumbrarse a esas tensiones, no les gustan, pero las toleran. Les importa más el hecho de que sus padres sigan con él. Otros expertos consideran que cuando la pareja no se lleva bien no favorecen a los hijos manteniendo su relación, que puede ser mejor si se separan. Los hijos de padres divorciados tienen más probabilidades de problemas en el desarrollo, pero no se puede saber con certeza si se debe al divorcio en sí, porque anteriormente han vivido en un clima de tensión.
Problemas Psicológicos producidos por el divorcio
Como siempre hay que señalar que las reacciones emocionales que se dan en los hijos no están predeterminadas. Dependen de un número importante de factores, como la historia del niño y la manera y habilidad que tiene para enfrentarse a la nueva situación que tiene una influencia tremenda en su vida. Como orientación se incluyen algunas de las reacciones que pueden aparecer dependiendo de la edad. Son solamente orientativas.
De tres a cinco años:
  • Se creen culpables por no haber hecho la tarea o no haber comido. Su pensamiento mágico les lleva a tomar responsabilidades tremendamente imaginarias.
  • Temen quedarse solos y abandonados. Hay que recordar que en estas edades los padres constituyen el universo entero de los niños y que la relación en la pareja es el medio en el que ellos están cuidados y mantenidos.
La edad más difícil es la de 6 a 12 años.
  • Se dan cuenta de que tienen un problema y que duele y no saben como reaccionar ante ese dolor.
  • Creen que los padres pueden volver a juntarse y presionan o realizan actos que no llevan más que a un sentimiento de fracaso o a problemas adicionales en la pareja.
Los adolescentes experimentan:
  • Miedo, soledad, depresión, y culpabilidad.
  • Dudan de su habilidad para casarse o para mantener su relación.
Como elemento a tener en cuenta en la asignación de los hijos a los padres es el hallazgo de que los hijos criados por el padre del mismo sexo se desarrollan mejor.
El divorcio no puede considerarse como una causa de problemas psicológicos, sino como un factor que hace a la persona más vulnerable (Vangyseghem y Appelboom, 2004)
El divorcio y los problemas espirituales
Bárbara Shlemon en su libro “Sanando las Heridas del Divorcio”, que lo escribe con base en su experiencia vivida después de 30 años de matrimonio, relata que “hay pocas experiencias más desgarradoras que un Divorcio o Separación, sobre todo cuando ocurre después de muchos años de matrimonio. El divorcio puede sumirnos en una especie de exilio psicológico y espiritual". La autora sentía que hasta Dios mismo la había abandonado, y aunque su vida se había convertido en un caos casi total, "el Buen Pastor la buscó y curó sus heridas.”
El Divorcio rompe un principio fundamental del matrimonio que es la unidad. No existe matrimonio sin UNIDAD. Cuando la Palabra de Dios dice “…y serán una sola carne” se refiere en primer lugar a la unión sexual, pero de ninguna manera se refiere solamente a esta sino también a la unión espiritual de la pareja. Dios no pretende que para ser una sola carne aprendamos a tener relaciones sexuales satisfactorias, porque estas no son un fin en sí mismas, sino el producto de una buena intimidad espiritual y emocional. La pareja aprende a vivir en unidad cuando ambos están listos a renunciar a todo lo que, aunque sea bueno para el individuo, es malo para el matrimonio.
En relación a lo establecido con anterioridad el divorcio produce muchos problemas como por ejemplo; familiares, emocionales, sociales, psicológicos, entre otros más. Pero uno de los más importantes y menos visibles por las personas son los espirituales, estos problemas son generados a causa de los malos tratos entre esposos, las malas acciones como la infidelidad, la ruptura de la confianza, los maltratos físicos o psicológicos, que son acciones orientadas a deteriorar la convivencia entre los cónyuges y su vida matrimonial, lo que estos problemas producen son la falta de credibilidad en la vida matrimonial y su armonía.
El divorcio y los problemas sociales
El sacerdote Williams Argüello señala que para algunos hombres y mujeres de hoy, es más fácil una unión de hecho y no meterse en compromiso de matrimonio. Agregó que no tienen un llamado a la vocación y Dios espera la respuesta.
Los que pagan el costo de los problemas generados por el divorcio son los hijos que no tienen una familia estable y atraviesan las diferencias de los padres.
Las familias formadas solo por la madre o el padre hacen que se flexibilicen las normas en el hogar y no se pongan límites a los hijos, indicó el sacerdote. Señaló que son jóvenes que se crían solos o con abuelas que no ponen normas. Entonces se habla de jóvenes que buscan una familia a su medida, para al final, llenar ese vacío con las pandillas.
Así mismo, los adolescentes de padres divorciados tienen mayores probabilidades de presentar problemas emocionales como depresión, ansiedad, dificultades interpersonales e inestabilidad, así como un incremento en el riesgo de desarrollar adicciones y posibilidad de intentos de suicidio en comparación con los hijos de matrimonios estables.
Los divorcios crean una crisis familiar que desemboca en una crisis social, que hoy se está viviendo, porque existen pocos hogares bien constituidos y más niños que crecen solos.
Entre las consecuencias sociales más destacadas producidas por los divorcios encontramos; la reducción de cantidad de amigos ya que la persona deja de participar en muchas de las actividades de pareja que su grupo de amigos realiza. La discriminación social en razón de que la pareja no puedo lograr conservar un matrimonio duradero y estable. En relación al trabajo, hay un caos emocional que se vive, puede haber irritabilidad afectando el desempeño y la motivación laboral.


Conclusiones
·         El divorcio es la disolución del vínculo del matrimonio, legalmente establecido, mediante la dictación por autoridad judicial de sentencia dentro un proceso en apoyo a las causales señaladas por ley. A la vez es un fenómeno social muy común dentro de la sociedad actual, que genera diferentes consecuencias sociales, familiares, psicológicas y espirituales en el ser humano.
·         Muchas parejas se divorcian o intentan divorciarse sin considerar los múltiples problemas que esto trae consigo, tanto para ellos mismos como para sus hijos.
·         El divorcio como fenómeno social surge a la facilidad que hoy en día tienen las parejas para dar por terminado a su vida matrimonial, existen varias causas como por ejemplo la falta de madurez que algunas parejas poseen al momento de contraer matrimonio y no son conscientes de la entrega espiritual que conlleva celebrar el matrimonio.


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