UNIVERSIDAD
CATÓLICA DEL ECUADOR SEDE AMBATO
EL
DIVORCIO
FRANCIS
GARÓFALO
DERECHO
CANÓNICO
OCTAVO
¨B¨
Introducción
El
divorcio se ha convertido en uno de los temas más comunes dentro de la sociedad
actual, el divorcio es la forma legal de extinguir un matrimonio válido en vida
de los cónyuges por causas surgidas con posterioridad a la celebración del
mismo y que permite a los divorciados contraer con posterioridad nuevo
matrimonio válido.
El
divorcio es un caso de excepción y no un estado general, por lo que es necesario
considerarlo sólo en función de los casos en que la crítica condición de la
relación de los esposos es insostenible e irreparable, ya que conduce a la ruptura
del vínculo matrimonial y, con ello, a la separación definitiva que los deja en
posibilidad de contraer nuevo matrimonio legítimo.
El
término divorcio proviene de la voz latina divortium,
que significa separación, esto es, separar lo que ha estado unido. En la
actualidad, en el medio jurídico se entiende por divorcio la extinción de la
convivencia matrimonial declarada por la autoridad.
A
lo largo del presente trabajo investigativo desarrollaremos el tema del
divorcio desde varios enfoques como por ejemplo; los problemas familiares que
acarrea el divorcio, los problemas psicológicos, espirituales y sociales. En la
parte final de este análisis investigativo estableceremos unas conclusiones
personales, que permitan a los lectores tener una idea más clara y resumida
sobre el tema.
Desarrollo
Para
la Iglesia es claro que Dios, al hacer a la pareja con la posibilidad de
entregarse y llegar a ser una sola carne, quiso desde siempre que la unión
matrimonial fuera permanente. Este es igualmente el deseo de quienes se aman y
unen en matrimonio pues nadie quiere que su unión fracase o se rompa. Por eso
Cristo, salvador del mal, les dio a los esposos la oportunidad de amarse con un
amor cristiano, es decir, de hacer de su vínculo una alianza irrompible pues se
basa en el compromiso de amarse como Cristo ama, y en el apoyo de la gracia
divina que sostiene siempre a quienes desean vivir de su amor.
Por
eso, convertido por Cristo en Sacramento, el matrimonio establece una unión
garantizada por Dios mismo y cuya santidad y fuerza no la debe romper ningún
hombre (Mateo 19:3-6). San Pablo refuerza esta enseñanza recordando que es
voluntad de mismo Jesús que los esposos permanezcan unidos (1Cor 7, 10-11 y Ef.
5, 23-33).
En
consecuencia con la Palabra de Dios, la Iglesia no reconoce el divorcio civil
pues el Estado no puede disolver lo que es indisoluble, e invita a analizar
todo el dolor y daño que las rupturas matrimoniales causan a los individuos y a
los hijos
La
única forma de que un vínculo matrimonial se disuelva por la Iglesia es que se
pruebe, mediante un proceso de anulación ante un Tribunal Eclesiástico, que
dicho vínculo fue nulo, es decir, que por diferentes razones, no fue nunca un
verdadero matrimonio.
El Divorcio y los problemas
familiares
El
divorcio es una situación difícil y muy dolorosa para la pareja. Pero es mucho
peor para los hijos, cuando los adultos se divorcian, pierden una relación, sus
sueños, su identidad como familia y pareja, sus amigos, etc. Sufren y
generalmente se sienten atrapados en un caos emocional.
A
los hijos les pasa lo mismo, pierden la cercanía física o emocional con uno o
ambos padres, su identidad como familia, su estabilidad, su seguridad emocional,
etc. También se afecta su vida diaria, sus rutinas y su vida emocional está
fuera de su control.
La
separación de los padres afecta profundamente a los niños pequeños. Los niños
experimentan varias pérdidas: cambia la rutina familiar, dejan de ver a uno de
los padres regularmente, puede cambiar de casa, de escuela y de amigos. Cuando
los padres tienen conflictos los niños se encuentran en medio. La separación
afecta a los pilares fundamentales de la concepción del mundo que tiene el
niño. Es esencial que sienta que sigue estando protegido y que no pierde el
amor de los padres. Los lazos afectivos deben mantenerse (pueden ser en la
familia o con otros cuidadores), para que el niño se desarrolle bien. Necesita
“la presencia constante de un adulto que lo quiera”. Los padres deben reducir
los conflictos y peleas, cooperar en la educación de los hijos.
Los
niños captan las tensiones entre los padres. Pueden sentir que va a suceder
algo malo y sientan miedo. Pueden incluso acostumbrarse a esas tensiones, no
les gustan, pero las toleran. Les importa más el hecho de que sus padres sigan
con él. Otros expertos consideran que cuando la pareja no se lleva bien no
favorecen a los hijos manteniendo su relación, que puede ser mejor si se
separan. Los hijos de padres divorciados tienen más probabilidades de problemas
en el desarrollo, pero no se puede saber con certeza si se debe al divorcio en
sí, porque anteriormente han vivido en un clima de tensión.
Problemas Psicológicos producidos
por el divorcio
Como siempre hay
que señalar que las reacciones emocionales que se dan en los hijos no están
predeterminadas. Dependen de un número importante de factores, como la historia
del niño y la manera y habilidad que tiene para enfrentarse a la nueva
situación que tiene una influencia tremenda en su vida. Como orientación se
incluyen algunas de las reacciones que pueden aparecer dependiendo de la edad.
Son solamente orientativas.
De tres a cinco
años:
- Se creen culpables por no haber hecho la tarea
o no haber comido. Su pensamiento mágico les lleva a tomar
responsabilidades tremendamente imaginarias.
- Temen quedarse solos y abandonados. Hay que
recordar que en estas edades los padres constituyen el universo entero de
los niños y que la relación en la pareja es el medio en el que ellos están
cuidados y mantenidos.
La edad más
difícil es la de 6 a 12 años.
- Se dan cuenta de que tienen un problema y que
duele y no saben como reaccionar ante ese dolor.
- Creen que los padres pueden volver a juntarse
y presionan o realizan actos que no llevan más que a un sentimiento de
fracaso o a problemas adicionales en la pareja.
Los adolescentes
experimentan:
- Miedo, soledad, depresión, y culpabilidad.
- Dudan de su habilidad para casarse o para
mantener su relación.
Como elemento a
tener en cuenta en la asignación de los hijos a los padres es el hallazgo de
que los hijos criados por el padre del mismo sexo se desarrollan mejor.
El divorcio no
puede considerarse como una causa de problemas psicológicos, sino como un
factor que hace a la persona más vulnerable (Vangyseghem y Appelboom, 2004)
El divorcio y los problemas
espirituales
Bárbara
Shlemon en su libro “Sanando las Heridas
del Divorcio”, que lo escribe con base en su experiencia vivida después de
30 años de matrimonio, relata que “hay
pocas experiencias más desgarradoras que un Divorcio o Separación, sobre todo
cuando ocurre después de muchos años de matrimonio. El divorcio puede sumirnos
en una especie de exilio psicológico y espiritual". La autora sentía
que hasta Dios mismo la había abandonado, y aunque su vida se había convertido
en un caos casi total, "el Buen
Pastor la buscó y curó sus heridas.”
El
Divorcio rompe un principio fundamental del matrimonio que es la unidad. No
existe matrimonio sin UNIDAD. Cuando
la Palabra de Dios dice “…y serán una
sola carne” se refiere en primer lugar a la unión sexual, pero de ninguna
manera se refiere solamente a esta sino también a la unión espiritual de la
pareja. Dios no pretende que para ser una sola carne aprendamos a tener
relaciones sexuales satisfactorias, porque estas no son un fin en sí mismas,
sino el producto de una buena intimidad espiritual y emocional. La pareja
aprende a vivir en unidad cuando ambos están listos a renunciar a todo lo que,
aunque sea bueno para el individuo, es malo para el matrimonio.
En
relación a lo establecido con anterioridad el divorcio produce muchos problemas
como por ejemplo; familiares, emocionales, sociales, psicológicos, entre otros
más. Pero uno de los más importantes y menos visibles por las personas son los
espirituales, estos problemas son generados a causa de los malos tratos entre
esposos, las malas acciones como la infidelidad, la ruptura de la confianza,
los maltratos físicos o psicológicos, que son acciones orientadas a deteriorar
la convivencia entre los cónyuges y su vida matrimonial, lo que estos problemas
producen son la falta de credibilidad en la vida matrimonial y su armonía.
El divorcio y los problemas
sociales
El
sacerdote Williams Argüello señala que para algunos hombres y mujeres de hoy,
es más fácil una unión de hecho y no meterse en compromiso de matrimonio.
Agregó que no tienen un llamado a la vocación y Dios espera la respuesta.
Los
que pagan el costo de los problemas generados por el divorcio son los hijos que
no tienen una familia estable y atraviesan las diferencias de los padres.
Las
familias formadas solo por la madre o el padre hacen que se flexibilicen las
normas en el hogar y no se pongan límites a los hijos, indicó el sacerdote.
Señaló que son jóvenes que se crían solos o con abuelas que no ponen normas.
Entonces se habla de jóvenes que buscan una familia a su medida, para al final,
llenar ese vacío con las pandillas.
Así
mismo, los adolescentes de padres divorciados tienen mayores probabilidades de
presentar problemas emocionales como depresión, ansiedad, dificultades interpersonales
e inestabilidad, así como un incremento en el riesgo de desarrollar adicciones
y posibilidad de intentos de suicidio en comparación con los hijos de
matrimonios estables.
Los
divorcios crean una crisis familiar que desemboca en una crisis social, que hoy
se está viviendo, porque existen pocos hogares bien constituidos y más niños
que crecen solos.
Entre
las consecuencias sociales más destacadas producidas por los divorcios
encontramos; la reducción de cantidad de amigos ya que la persona deja de
participar en muchas de las actividades de pareja que su grupo de amigos
realiza. La discriminación social en razón de que la pareja no puedo lograr
conservar un matrimonio duradero y estable. En relación al trabajo, hay un caos
emocional que se vive, puede haber irritabilidad afectando el desempeño y la
motivación laboral.
Conclusiones
·
El divorcio es la disolución del vínculo
del matrimonio, legalmente establecido, mediante la dictación por autoridad
judicial de sentencia dentro un proceso en apoyo a las causales señaladas por
ley. A la vez es un fenómeno social muy común dentro de la sociedad actual, que
genera diferentes consecuencias sociales, familiares, psicológicas y
espirituales en el ser humano.
·
Muchas parejas se divorcian o intentan
divorciarse sin considerar los múltiples problemas que esto trae consigo, tanto
para ellos mismos como para sus hijos.
·
El divorcio como fenómeno social surge a
la facilidad que hoy en día tienen las parejas para dar por terminado a su vida
matrimonial, existen varias causas como por ejemplo la falta de madurez que
algunas parejas poseen al momento de contraer matrimonio y no son conscientes
de la entrega espiritual que conlleva celebrar el matrimonio.
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